martes, 4 de octubre de 2011

TEMA 4. Organos de los sentidos y la piel (cotntinuacion)

ÓRGANOS DE LOS SENTIDOS
Los receptores sensoriales son estructuras que contienen células especializadas en detectar determinados tipos de variaciones del medio ambiente, cuando estas variaciones superan un determinado valor (umbral) originan un impulso nervioso que se transmiten a través de las neuronas. Estos tipos de variaciones reciben el nombre de "estímulos". Los receptores sensoriales pueden estar dispersos por el cuerpo, como pasa con los receptores sensoriales de temperatura, o pueden estar agrupados constituyendo los denominados "órganos de los sentidos", como los que constituyen los ojos o el oído.
Se clasifican según el tipo de estímulo que captan en:

Mecanorreceptores (captan efectos mecánicos), como los receptores del tacto de la piel (sentido del tacto), los del equilibrio del oído interno y los de la audición del caracol del oído (sentido del oído).
Termorreceptores (captan temperaturas) como los termorreceptores de la piel.
Quimiorreceptores (captan sustancias químicas) como las mucosas olfativas de la nariz (sentido del olfato) y las papilas gustativas de la lengua (sentido del gusto).
Fotorreceptores (captan luz) como la retina del ojo (sentido de la vista).

SENTIDO DE LA VISTA
El sentido de la vista es el que permite al hombre conocer el medio que lo rodea, relacionarse con sus semejantes, y el hombre debe contar con los elementos adecuados para captar e interpretar señales provenientes de aquellos. Las imágenes visuales le proporcionan a través del ojo, información sobre el color, la forma, la distancia, posición y movimiento de los objetos.
Es el sentido humano más perfecto y evolucionado. El órgano receptor es el ojo o globo ocular, órgano par alojado en las cavidades orbitarias.

GLOBO OCULARVulgarmente llamado ojo, es un órgano par, simétrico y muy simple, especializado para percibir la luz. Anatómicamente está formado por tres túnicas o capas concéntricas, y por un sistema de medios transparentes y refringentes que se alojan en su interior. (fig 1)
Túnicas de la vistaLas tres capas son, de afuera hacia adentro: Túnica fibrosa o esclerótica, túnica vascular o coroides y túnica nerviosa o retina.
Esclerótica: es la membrana más externa, de color blanco, que impide el paso de la luz. Está formada por fibras de colágeno y es muy resistente, lo que le da forma y protección al globo ocular. En su parte anterior, la esclerótica se continúa con la córnea; cerca de esa zona de unión, denominada limbo esclerocorneal, se insertan los siete músculos que muevan al ojo ocular: cuatro músculos rectos que mueven el ojo hacia arriba, hacia abajo y hacia los costados; dos músculos oblicuos que permiten el movimiento circular, y el músculo elevador del párpado superior.

Coroides: es la membrana media del ojo, esta túnica media también se denomina túnica vascular, por que contiene numerosos vasos sanguíneos que nutren a la retina; por eso es una membrana oscura.
La parte anterior presenta una perforación en el centro llamada pupila o niña, rodeada de una membrana circular o iris, formada por fibras musculares radiales y circulares, cuya contracción determina la dilatación (midriasis) o la contracción (miosis) de la pupila, respectivamente.
El color del iris varía según las personas, y depende de la cantidad y la naturaleza de un pigmento que contienen sus células.
Retina: es la capa más interna y también se la llama túnica nerviosa por que en ella se origina el nervio óptico. Funcionalmente actúa como una placa sensible a la luz (fotosensible).
La retina es la una capa sensorial y está constituida por gran número de células receptoras en forma de bastoncitos o de conos. Mientras que los bastoncitos son sensibles a la intensidad luminosa, los conos son sensibles a los colores.
En su parte posterior la retina presenta el punto ciego, o papila óptica y la mancha amarilla o mácula lútea.
El punto ciego es el lugar de la retina que es insensible a la luz por que no posee bastones ni conos.
La mácula lútea es una región que tiene en su centro una depresión o fovea donde se halla la mayor cantidad de células sensoriales responsables de la visión; por eso es considerada la zona de mayor agudeza visual.

Medios transparentesEstos medios refringentes constituyen el sistema dióptrico del ojo, y están formados por el cristalino, el humor acuoso, el humor vítreo y la córnea.

Cristalino: Es una lente biconvexa elástica, incolora y trasparente, que se ubica inmediatamente por detrás del iris, y que está sujeta por el ligamento suspensor del cristalino o zónula de Zinn, que lo fija a la túnica vascular. El cristalino divide el globo ocular en dos compartimientos, uno anterior que contiene el humor acuoso, y otro posterior, que contine el humor vítreo. Se encarga de enfocar la luz para que sobre la retina se vea una imagen nítida (clara). Si bien tiende a adoptar una forma redondeada, debido a la presencia de músculos presenta una curvatura que varía según la distancia a la que se hallan los objetos que se miran.

Humor acuoso: es un líquido incoloro y transparente, formado en su mayor parte por agua (98%). Se aloja en el compartimiento anterior del globo ocular. Este líquido provoca la refracción de los rayos luminosos que lo atraviesan.

Humor Vítreo: También llamado cuerpo vítreo, es una masa transparente y gelatinosa que llena la cavidad comprendida entre el cristalino y la retina (compartimiento posterior).
El humor vítreo está envuelto en una membrana, la membrana hialoidea y atravesado en sentido anteroposterior por el conducto hialoideo o de Cloquet, por el que pasa una arteria durante el estado embrionario.

Córnea: Es la parte anterior de la esclerótica, que se hace transparente para dejar pasar los rayos luminosos. Es una membrana transparente, de unos 0,5 mm de espesor.
El ojo está rodeado de una serie de formaciones que lo protegen y que le imprimen movimientos. Ellos son: las cejas, los párpados, la conjuntiva, el aparato lagrimal, los músculos y la cápsula de Tenon.

FISIOLOGIA DE LA VISIONLa vista es el sentido que nos permite conocer, mediante las impresiones luminosas, el volumen, la forma, el color, el tamaño y las demás cualidades de los objetos que nos rodean.
El estímulo específico es la luz, y el campo receptor de la retina.
La luz, antes de llegar a la retina, atraviesa los distintos componentes del aparato dióptrico del ojo: la córnea, el humor acuoso, donde se produce la primera refracción luminosa, la pupila, el cristalino o lente biconvexa, donde se produce la segunda refracción, y el humor vítreo, donde la luz se retracta por tercera vez.

Anomalías del OjoCuando las imágenes se forman en la retina se dice que el ojo es normal o emétrope
En otros casos la imagen se forma por delante o por detrás de la retina; se dice entonces que el ojo es amétrope. Si la imagen se forma por delante de la retina, el ojo se denomina miope y si se forma por detrás, se dice que es hipermétrope
La miopía se produce cuando el diámetro anteroposterior del globo ocular es demasiado largo, o cuando la cara anterior del cristalino es demasiado convexa. Los que padecen de esta anomalía no ven bien a la distancia, y necesitan lentes bicóncavas.
La hipermetropía se presenta cuando el diámetro anteroposterior del globo ocular es corto o cuando la cara anterior del cristalino es casi plana. El hipermétrope no ve bien de cerca y su defecto se corrige con lentes biconvexas.

Astigmatismo . La córnea presenta una desigual cobertura en los distintos planos, deformando las imágenes; por ejemplo, en un principio la cifra 42 se convierte en 24. Esta anomalía se corrige con lentes cilíndricas pulidas en forma despareja para compensar los desniveles de la córnea.
Presbicia. esta anomalía es común en los ancianos y se produce por la pérdida de elasticidad del cristalino, que no sufre acomodación.

Estrabismo. es un defecto de las contracciones de los músculos del ojo, a causa del cual la visión no es perfecta.

Daltonismo. consiste en la confusión de los colores rojo y verde. Recibe este nombre en honor del físico inglés Dalton, que padeció este trastorno visual y que lo describió en el año 1798.
El daltonismo es hereditario, y bastante frecuente. Las personas que padecen de este mal no pueden realizar trabajos en los que se usen señales coloreadas (maquinistas, conductores, etc.).

Acromatopsia, es la ceguera completa para los colores. Se debe a que ninguna de las fibras nerviosas es excitable por éstos. Esta enfermedad es poco frecuente.

Catarata, esta enfermedad característica de la vejez, consiste en el enturbiamiento del cristalino como consecuencia de una coagulación.


SENTIDO DEL OIDO
Oído externoEl oído externo comprende dos porciones: una parte externa, más o menos dilatada en forma de concha, llamada pabellón del oído o auricular, y una parte interna, que constituya la continuación de aquélla y adopta la forma de un conducto casi cilíndrico, el conducto auditivo externo.
Oído medio
El oído medio es una cavidad llena de aire, comprendida entre los tres huesos que constituyen el temporal, el conducto auditivo externo y el oído interno. Esta cavidad, contiene tres pequeños huesecillos: el martillo, el yunque, y el estribo. Cerrada por fuera por la parte del conducto auditivo externo y cerrada también por dentro del lado del oído interno, el oído medio está en comunicación con la faringe por la trompa de Eustaquio.
A lo largo de este conducto de introduce la mucosa faríngea hasta el oído medio y, con el nombre de mucosa timpánica, tapiza todas sus paredes. Finalmente, por su parte posterior, el oído medio se comunica con un sistema de cavidades óseas formadas por el espesor de la apófisis mastoides: las cavidades mastoideas, que constituyen simples divertículos del oído medio.

Oído internoEl oído interno está situado en el espesor del peñasco, por dentro y algo por detrás de la caja del tímpano. Si lo examinamos en el esqueleto, presenta cierto número de cavidades de configuración muy compleja, en el que se designan con el nombre colectivo de laberinto óseo. En éstas cavidades óseas van incluidas otras cavidades más pequeñas, de paredes blandas y membranosas, dentro de las cuales vienen a perderse las fibrillas terminales del nervio acústico; su conjunto constituye el laberinto membranoso.


SENTIDO DEL OLFATO

Es el sentido que nos permite oler. Este fenómeno ocurre cuando ciertas sustancias se introducen en la nariz y tenemos la sensación de oler.
Antes de que podamos oler cualquier cosa, las sustancias que se desprenden de ésta deben llegar a nuestra nariz. En general, las moléculas olorosas experimentan dos procesos antes de llegar a nuestra nariz. El primero de ellos ocurre cuando las moléculas se desprenden de la sustancia en que se encuentran y el segundo al transportarse estas moléculas hasta nuestra nariz.
La nariz tiene varias funciones primordiales: por una parte constituye el órgano del sentido del olfato, pues el hombre es capaz de discriminar entre dos mil y cuatro mil olores. Además, forma parte de la vía respiratoria filtrando, calentando, humedeciendo el aire y expulsando materiales extraños recogidos por el aire.
Por nariz se entiende la pirámide nasal visible en la cara o nariz propiamente tal y su cavidad, la cavidad nasal, que se extiende desde los orificios nasales externos por delante hasta las coanas u orificios nasales posteriores que comunican la cavidad nasal con la nasofaringe. La cavidad nasal está dividida en dos mitades por el tabique nasal; a cada mitad se le conoce como fosa nasal; de su pared externa ósea se originan dos láminas óseas perpendiculares llamadas cornetes superior y medio, que dividen parcialmente a cada fosa en cavidades más pequeñas llamadas meatos: bajo el cornete superior está el meato superior; bajo el cornete medio está el meato medio; una tercera lámina ósea independiente, llamada cornete inferior, origina el meato inferior, cavidad cuyo techo es el cornete inferior, y cuyo piso es el piso de (a fosa nasal; en el meato inferior termina el conducto lacrimonasal, que comunica el ángulo interno del ojo con la nariz. Cada fosa nasal se une por medio de orificios en su pared ósea externa con los llamados senos paranasales, cavidades que se encuentran en el interior de los huesos maxilares, frontal, esfenoides y etmoides.


SENTIDO DEL GUSTO
Esta facultad de los humanos, entre otros animales, actúa por contacto de sustancias solubles con la lengua. El ser humano es capaz de percibir un abanico amplio de sabores como respuesta a la combinación de varios estímulos, entre ellos textura, temperatura, olor y gusto. Considerado de forma aislada, el sentido del gusto sólo percibe cuatro sabores básicos: dulce, salado, ácido y amargo; cada uno de ellos es detectado por un tipo especial de papilas gustativas.
La lengua posee casi 10.000 papilas gustativas que están distribuidas de forma desigual en la cara superior de la lengua, donde forman manchas sensibles a clases determinadas de compuestos que inducen las sensaciones del gusto. Por lo general, las papilas sensibles a los sabores dulce y salado se concentran en la punta de la lengua, las sensibles al ácido ocupan los lados y las sensibles al amargo están en la parte posterior.
Los compuestos químicos de los alimentos se disuelven en la humedad de la boca y penetran en las papilas gustativas a través de los poros de la superficie de la lengua, donde entran en contacto con células sensoriales. Cuando un receptor es estimulado por una de las sustancias disueltas, envía impulsos nerviosos al cerebro. La frecuencia con que se repiten los impulsos indica la intensidad del sabor; es probable que el tipo de sabor quede registrado por el tipo de células que hayan respondido al estímulo.


LA PIEL
La piel, valiosa e imprescindible, es un órgano verdaderamente fascinante y maravilloso. No es pretencioso decir que la piel es uno de los órganos más importantes de nuestro organismo. Para demostrar su importancia basta decir que si nos falta más del 40% de ella, suele ser incompatible con la vida.
Además, la piel es nuestro órgano más extenso. Pesa entre tres y cinco kilos, y completamente extendida puede llegar a ocupar un área de hasta 18 m2.
La piel es esencialmente la cubierta o envoltura exterior del organismo que funciona de manera permanente y que cumple dos importantísimas misiones, la de relacionarnos con el mundo exterior y la de protegernos de las agresiones de ese propio mundo. Nos envuelve y nos protege; nos separa y nos pone en contacto con el entorno.
En cuanto a la función de relación, en ella se encuentra uno de los sentidos que tenemos más desarrollados, el tacto. La piel es la encargada de recibir los estímulos del exterior a través de las terminaciones nerviosas que se sitúan en ella y de ahí se dirigen al cerebelo que nos dice como debemos reaccionar. Cada centímetro cuadrado de piel contiene unos cinco mil receptores sensitivos. La piel es la primera responsable de que sintamos una caricia o de que notemos el calor producido por el fuego o el frío de la nieve. Pero también la piel es el espejo de los sentimientos y emociones interiores. Ponernos rojos porque algo nos da vergüenza, "tener la piel de gallina" o sudar por algo que nos produce miedo, son algunas de las muchas respuestas emocionales que se ponen de manifiesto a través de la piel. Por este motivo, no es de extrañar que este órgano constituya una pieza clave en la imagen exterior de una persona. Más aún, la piel cumple otras funciones sociales. Es necesario que la piel, y muy especialmente la descubierta, ofrezcan un aspecto sano y cuidado.
La piel posee otras funciones básicas para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Tiene una función protectora, ya que es capaz de seleccionar lo que resulta dañino para el organismo y lo que, por el contrario, es beneficioso para nosotros. Esto se consigue gracias a su disposición de barrera que impide la entrada de sustancias nocivas (millones de bacterias que viven sobre ella, cuerpos extraños y, en parte, radiaciones solares perjudiciales) y a un sistema inmunológico propio. Además tiene una función reguladora del metabolismo: impide la salida de sustancias (líquidos y células) imprescindibles para nuestro organismo, regula la temperatura corporal protegiéndonos de los cambios de temperatura ambiental (tanto del frío como del calor) y transforma los rayos del sol en vitamina D (vitamina necesaria para el buen estado de nuestros huesos).
Estructuralmente, la piel consta de tres capas bien diferenciadas, la epidermis, la dermis y la hipodermis:
La epidermis es la capa más externa. Tiene por termino medio un milímetro de espesor, aunque es mucho más gruesa en las palmas y en las plantas y menos en los párpados. Está constituida por varias capas de células llamadas queratinocitos, dispuestas unas encima de otras como ladrillos en una pared constituyendo una barrera impermeable para casi todas las sustancias. Se regenera cada 2 meses y su función es mantener la piel hidratada, así como de protegernos de la radiación solar. La epidermis se halla constituida a su vez por diferentes capas, que reciben distintos nombres; de un nivel más profundo al más superficial, son las siguientes:

1. Capa basal o germinativa.

2. Capa espinosa.

3. Capa granulosa.

4. Capa córnea.
La dermis forma la mayor proporción de la piel y constituye el verdadero soporte de este órgano. Tiene un espesor de unos cuatro milímetros. Esta dividida en tres zonas que, de un nivel más superficial al profundo, reciben los siguientes nombres: Dermis papilar, dermis reticular y dermis profunda. Ya no se trata de capas de células superpuestas, como sucedía en la epidermis, sino de un complicado sistema de fibras entrelazadas, embebidas de una sustancia denominada "sustancia fundamental", en la cual se sitúan una extensa variedad de tipos de células. En la dermis se encuentran también los anejos cutáneos, que son de dos tipos: córneos (pelos y uñas) y glandulares (glándulas sebáceas y glándulas sudoríparas). También se encuentran los vasos sanguíneos que irrigan la piel (la epidermis no posee vasos) y las terminaciones nerviosas.
Las células que forman principalmente la dermis se denominan fibroblastos. Son las que se encargan de producir las fibras de colágeno y elásticas y la sustancia fundamental. Existen además distintas células del sistema inmunológico (linfocitos, macrófagos, eosinófilos y mastocitos) presentes en número variable dependiendo de las circunstancias de la piel, aumentando cuando existe inflamación. En este supuesto además se encuentran células extravasadas desde los vasos sanguíneos, hematíes y leucocitos.
La sustancia fundamental se encuentra entre las fibras y está constituida por proteínas (sustancias características de los tejidos orgánicos), electrólitos (como el sodio o el potasio), glucosa y agua.
La hipodermis es la capa más profunda de la piel. También se llama tejido celular subcutáneo o panículo adiposo. Se halla constituida por gran multitud de adipocitos (células grasas), dispuestos en lóbulos, separados entre sí por haces de fibras colágenas y elásticas que reciben el nombre de trabéculas. La grasa forma un tejido metabólico muy activo que además protege al organismo proporcionándole amortiguación y aislamiento térmico.
· La melanina es un pigmento producido exclusivamente por unas células especializadas llamadas melanocitos. En ellos, mediante un proceso de melanogénesis, se elabora la melanina a partir del aminoácido tirosina y se producen dos tipos de melanina: la eumelanina, que es un pigmento negro o marronáceo y la feomelanina, que es un pigmento rojo-amarillento, propio de las personas pelirrojas. En el interior de estas células se acumula la melanina en unos pequeños órganos llamados melanosomas. Las diferencias interpersonales e interraciales del color dependen del número, disposición y tamaño de los melanosomas dentro de los melanocitos; todo ello está programado genéticamente, es decir, viene determinado por nuestra herencia. Pero la cantidad de melanina que se forma en la piel depende en gran medida del sol. La melanina es un filtro que difracta la radiación solar, es decir, la refleja hacia fuera impidiendo que penetre en el cuerpo. Por tanto, la melanina, sirve principalmente para proteger a la misma piel de los rayos solares. El hecho de que la piel se broncee como consecuencia de los rayos solares constituye una reacción defensiva de la piel y evita que se queme y se dañen los núcleos celulares.

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